miércoles, 25 de enero de 2012

Beneficios de las Prácticas Espirituales

Del libro: Espiritualidad Esencial. (desconozco el autor).

En nuestro mundo, cada vez más materialista, nos vemos impulsados por deseos, al parecer insaciables, de poder y posesiones. Pero estos vanos esfuerzos nos alejan más y más de la paz interior y de la felicidad mental. Aunque los ambientes materiales que nos rodean sean placenteros, hoy en día mucha gente experimenta insatisfacción, miedo, ansiedad e inseguridad. Al parecer, algo nos hace falta dentro del corazón. Y ese algo es la espiritualidad humana en su sentido propio.
Como seres humanos, no podemos satisfacer nuestras necesidades tan sólo por medios materiales. Nuestro confort físico requiere de bienes materiales, pero éstos por sí mismos no pueden proporcionar confort mental. En tales circunstancias, las tradiciones religiosas resultan sumamente pertinentes. Si la religión no fuera algo tan valioso en nuestra vida cada día, nos sobraría razón para abandonarla. Pero continúo creyendo que la religión, en realidad, nos proporciona enormes beneficios.
Cada religión tiene una filosofía propia, y entre las diversas tradiciones hay semejanzas, así como grandes diferencias. Lo importante es que sea adecuada para cada persona en particular. Las diferentes religiones tienen un papel especial que desempeñar en el camino del despertar de la compasión. En todas ellas, se admite la importancia de la compasión y la armonía, y tienen la capacidad de aumentarlas y mejorarlas.
Antes de pasar a los beneficios de las prácticas espirituales debemos distinguir entre dos términos cuya comprensión es crucial: religión y espiritualidad. La palabra religión tiene muchos significados; en particular, se implica en ella el trato con lo sagrado y con los valores supremos de la vida. Por otra parte, el término espiritualidad se refiere a la experiencia directa de lo sagrado. Las prácticas espirituales son ejercicios que nos ayudan a tener la experiencia de lo sagrado, de lo que es el centro y la esencia de la vida de cada uno de nosotros.

Beneficios psicológicos y espirituales.

Las prácticas espirituales tienen por objetivo final despertarnos; o sea, conocer nuestro verdadero Yo y la relación que tenemos con lo sagrado. Pero en ese proceso, las prácticas espirituales ofrecen muchos otros dones. Desde hace miles de años y en todas las tradiciones hombres y mujeres de conocimiento han cantado las alabanzas de los muchos beneficios que afluyen a la vida de todo aquel que avanza por la senda espiritual. Paso a paso el corazón empieza a abrirse, se disuelven la ira y el miedo1, se reducen la avaricia y los celos, mientras que la alegría y la felicidad aumentan, florece el amor, la agitación deja lugar a la paz, brotan sentimientos de cuidar de otros, la sabiduría llega a su perfección y, en fin, mejora la salud tanto psicológica como física; todos los aspectos de la vida quedan tocados y virtualmente transformados.
En el pasado, aceptar esas afirmaciones era cuestión de fe; hoy eso ha cambiado drásticamente. Los laboratorios modernos están arrojando un caudal de datos que apoyan muchos antiguos conocimientos y que comprueban muchos beneficios psicológicos y físicos, algunos de los cuales superan los sueños de los practicantes de antaño.
Entre los beneficios psicológicos, uno de los más conocidos es la respuesta de relajación, que reduce la ansiedad y produce paz. Hay otros efectos aún más emocionantes, e incluyen dones intelectuales que mejoran la creatividad, la inteligencia y el aprovechamiento académico. Comparativamente, los seguidores de prácticas espirituales experimentan un mayor grado de control sobre su persona y tienen mayor consciencia de sí mismos. Poseen más sensibilidad, sus emociones son más profundas y obtienen mayor satisfacción en su vida marital. Recurren menos al alcohol y las drogas, y no sufren tantos conflictos en torno a la agresión y al sexo.

Beneficios físicos.

Los beneficios físicos son impresionantes. Las prácticas espirituales pueden reducir los niveles de colesterol, presión sanguínea y estrés. También pueden contribuir a aliviar el insomnio, los espasmos musculares y enfermedades que van desde las migrañas hasta los dolores crónicos. Incluso pueden reducir el envejecimiento y alargar la vida. En Harvard se realizó un estudio entre pacientes de asilos de ancianos mayores de ochenta años, y se comprobó que quienes empezaron a meditar se sentían más felices, funcionaban mejor y vivían más que los que no meditaban.


El mayor de todos los descubrimientos.

Con el paso del tiempo, las prácticas espirituales producen transformaciones maravillosas en nuestros corazones, mentes y vidas. Al abrirse el corazón y aclararse la mente, podemos ver cada vez más sus profundidades ilimitadas.
Allí, en nuestro interior, encontramos al fin el descubrimiento más profundo, importante y significativo que es posible efectuar a cualquier ser humano. Dentro de nosotros encontramos nuestro yo más profundo, y nos damos cuesta de que no sólo somos más de lo que imaginábamos, sino más de lo que podemos imaginar. Nos vemos como la creación de lo sagrado, y sabemos entonces que estamos íntima y eternamente ligados a lo sagrado, que para siempre lo sagrado nos abraza y nos llena de gracia.

El reino de los cielos está dentro de vosotros.
(Jesús, Cristianismo)
Quienes se conocen a sí mismos conocen al Señor.
(Mahoma, el Islam)
Él es en todo y todo es en Él.
(Judaísmo)
Quien conoce completamente su propia naturaleza conoce el cielo.
(Mencio, Confucianismo)
En lo profundo del alma se percibe lo Divino, lo que es Uno.
("El libro de los cambios", de China)
El Atman [la conciencia individual] y el Brahman [la conciencia universal] son lo mismo.
(Hinduismo)
Mira dentro de ti, tú eres el Buda.
(Budismo)

El conocimiento extático, tal como se encuentra reflejado en las citas anteriores, representa la meta más profunda y el más pleno florecimiento del desarrollo espiritual2. Aunque las palabras sean diferentes, las experiencias que las sustentan apuntan a lo que tienen en común las religiones del mundo.

1 Dudo mucho que el miedo desaparezca de nuestras vidas, pero es un hecho que la religión y las prácticas espirituales nos ayudan a enfrentarlo y seguir adelante sin que el miedo nos paralice. (Julio R.)
2 El autor se refiere a que este conocimiento es tanto la fuente como la meta de todas las grandes religiones del mundo. (Julio R.)